domingo, 1 de diciembre de 2013

Salta ojos

"De la buena hierba me libre Dios, que de la mala me libro yo".

          Otra de las hierbas de nuestro campo, que me produce quebraderos de cabeza por su persistencia, es la "Ecballium elaterium", que dicho así solo un experto sabe reconocerla.
          Cuando nace, es una pequeña planta con dos hojas, pero crece con rapidez.
           Y como lo normal es que aparezcan varias juntas,  rápidamente han cubierto una buena porción de terreno.
          Cuando adquiere el tamaño de adulta, está formada por tallos rastreros con hojas ásperas, y aparecen las flores de color amarillo y en forma de campana.
           Seguramente ya la habréis reconocido. Nosotros le damos el nombre de: Pepinillo del diablo.
          Aunque de niños, la llamábamos salta ojos, y tiene su explicación.
           Cuando el fruto está maduro, lo que se reconoce fácilmente por el color blanquecino que adopta, se va hinchando y adquiriendo una gran presión en su interior, de manera que con un leve roce, el fruto se desprende del pedúnculo que lo une a la planta produciendo una explosión que dispara las semillas hasta varios metros de distancia.
          En nuestros juegos infantiles, aprovechábamos la cercanía a esta planta de algún amigo, para de manera sigilosa, hacer estallar el fruto maduro y que las semillas disparadas alcanzara al despistado de turno, provocando las risas de los demás del grupo.

          En el siguiente vídeo se pueden apreciar detalles curiosos de esta planta.
 
          Una vez que la planta se ha hecho adulta es difícil erradicar porque si la arrancamos, y no eliminamos todas las raíces, las que quedan en la tierra vuelven a brotar. Tal vez sea una buena candidata a ser empleada como pie para los injertos de melones y sandías, si fuera factible.

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